Mujer Pez

Marido y mujer trabajaron en equipo como juraron ante Dios. Así fue como consiguieron que la alegre soltera maldijera sus madrugadas; esposada a la izquierda de un completo desconocido, nula y aterrada.

En progresión geométrica, la cólera parecía ser el sentimiento que con mayor fluidez despertaba en su "compañero".

Aquel impredecible huracán, aquel tornado de pelo en pecho, la devastaba en cada una de sus vertiginosas trombas; con la inmerecida contundencia de quien plagia frases de otros; arrojándole proverbios catequizantes a golpe de puño en mesa.



Durante los abruptos enfados de su marido, la mujer retorcía su encenagado cerebro implorando que escurriese una revelación cristalina; aquella que apaciguara el mudo y frustrante bramido de lo que se le revelaba como inexplicable. Esfuerzo inútil. Se odiaba; sobretodo, por permitirle que sus gélidos soplidos continuaran extinguiendo hasta la última chispa de su brillo. Entonces le pedía perdón, confusa; sin llegar a comprender qué irreparable error había cometido para arrancarle, una vez más, aquel ventarrón de ira.


Para sobrevivir a aquel Mistral, frío, seco y violento; la mujer decidió cerrar las ventanas, las contraventanas y las puertas de su corazón y mente; las aseguró con candados y lanzó las llaves al mar.
Desde entonces, vivió muda; como los peces.

Porque protegió los rescoldos de su alma a cal y canto, ya no discutían. Su marido, armado de paciencia por primera vez, la ayudó a entender que él, como gran hombre que era, se merecía mucho más que el desecho que se le arrastraba a su sombra; que aquella boquita de pez abriendo y cerrándose, implorándole agua, no estaba a su altura; y la dejó como, según él, se merecía: a secas.

Yerma, mujer pez en una árida estepa, gimiendo ahogado aire caliente. Deseando que pronto blanquearan sobre el infecundo suelo las clavadas espinas q la apuntalaban. Sola, en el desierto de los desiertos, en la “La Hamada”... la amada?

Igual por la lucidez que le dispensó el destello de comedia, y por el empuje de la vida y de los vientos alisios, y por su insólita tranquilidad, y por el hijo que, afortunadamente, aún no había tenido, y por … pudo seguir hacia adelante, hacia la hora siguiente y la otra; sedienta y rota; pero en paz.

Cuanto más avanzaba más moría, cuanto más moría más comprendía; y cuanto más comprendía, más se perdonaba y más se gustaba. Por fin acabaría su vida como siempre deseó, rodeada de amor; entre sus propios brazos. Así fue como conoció la fortaleza, el empuje y la vitalidad de quien se siente una mujer amada; y se juró que, si salía de esta, viviría feliz sola; a no ser que alguien la ofreciera todo, y que ese todo fuera mucho más de lo que ella era capaz de soñar.

Y para aquellos que no crean en la magia, el relato termina aquí, pues únicamente para los que tienen fe, los milagros se suceden.

Sólo cuando la mujer se atrevió a imaginarlo, cuando creyó que se lo merecía, cuando estuvo preparada para recibirlo, y no antes, la vida la colmó con un oasis; cuyas aguas cobraron sentido al conocer su sed.

Abrumada por su transparencia, se derramó a cierra ojos en el manantial bendito; recogida entre sus firmes brazos, sumergiéndose en su pecho, convirtiéndose en su núcleo; libando hasta la última gota del paraíso que se vertía desde su fresca sonrisa a ella; dejándose colorear de felicidad con trazos grandes, emborronándola, saliéndosele del contorno; se zambulló en su profunda mirada azul mar abierto, se abismó en su alma oceánica; buceó sus pensamientos, admirándolos, adorándolos; y de entre sus virtudes... rescató unas herrumbrosas llaves.

6 comentarios:

  1. Asintiendo con la cabeza sonrío con alivio por los tres últimos párrafo.

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  2. Gracias por presentarnos tu texto para nuestro proyecto ;)

    Saludos.

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  3. Hermosísimo, :)
    Te dejo mi saludo y mi admiración por tu prosa. he leído varios. yairé viniendo más despacio.

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  4. Gracias
    de:
    Mujer pez, que esta en fase "preparandose para recibirlo", crédula contra todo pronóstico.

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  5. Gracias a todos, Anónimo, Dagugli, Meme novela, Sofía, sois muy bien recibidos.

    Mó, mi más profunda enhorabuena por ser lo suficientemente fuerte como para mantener la fe y prepararte para recibirlo ; )
    Lo fácil hubiese sido volverse una cínica y así, de paso, no tener que hacer ningún esfuerzo en preparar nada... pero qué triste, no?
    Bienvenida Mó y feliz búsqueda : )

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