tag:blogger.com,1999:blog-27421291111094967842024-03-13T04:06:18.665+01:00Bandada de PalabrasBandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.comBlogger23125tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-59895675818180745562012-07-31T10:56:00.005+02:002021-07-04T09:19:59.500+02:00Mi amigo<br />
<div style="text-align: right;">
<i>“Todos somos salvadores, verdugos y víctimas”</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>(Mi amigo)</i></div>
<br />
<br />
Va y viene, como las olas, aportando siempre más claridad de la que recibe.<br />
<br />
Encomienda el 65% de sí, que es agua, a las fuerzas gravitacionales y, mientras éstas lo traen y lo llevan en el océano, mi amigo arrulla al sólido 35% de sí para que no grite No.<br />
<br />
<div>
Él es solo el transcurso de formas originadas por el soplo del viento; igual que el mar, igual que todos, pero él lo sabe y lo acepta, por eso valoro tanto... Adiós. Me llama. </div>
<div>
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTpOlJ5r9rG56W4W4a1A2E3IvOhiPOCKxhaPybB8LUcTlgLF2fdKpZmJSvTRgcVfk8H3XazcPMzFj_rxdHB5NCsDlQ3-vnPdxGUXAsmSIim94xIepW5NGMJzjiwP5kFl0qs97XevVbzSze/s1600/IMG_5654.PNG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTpOlJ5r9rG56W4W4a1A2E3IvOhiPOCKxhaPybB8LUcTlgLF2fdKpZmJSvTRgcVfk8H3XazcPMzFj_rxdHB5NCsDlQ3-vnPdxGUXAsmSIim94xIepW5NGMJzjiwP5kFl0qs97XevVbzSze/s320/IMG_5654.PNG" width="318" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div>
<br /></div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-54086970801427190842012-06-29T15:26:00.000+02:002012-06-29T15:43:20.703+02:00Mi amiga<br />
<br />
Su corazón es una autopista de muchos carriles. <br />
<br />
Cada coche en el que le corresponde; cabemos cientos.<br />
<br />
Y no hay salidas.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAKG8xSbioK0EB2jEsuLWKJ4WOzNkXSqbKbIsQZFjsWAl4XGvgMc9kn4oqN_fCLOCBfBo0MY2ecNPF7L7h6t7WkuYyKVrUd9XW2Krf-xURFkbIKUIt8wAdtch5Qg-X_UKGpL0XBTqoJuvU/s1600/bandada+203.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAKG8xSbioK0EB2jEsuLWKJ4WOzNkXSqbKbIsQZFjsWAl4XGvgMc9kn4oqN_fCLOCBfBo0MY2ecNPF7L7h6t7WkuYyKVrUd9XW2Krf-xURFkbIKUIt8wAdtch5Qg-X_UKGpL0XBTqoJuvU/s320/bandada+203.jpg" width="319" /></a></div>
<div>
<br /></div>
<br />Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-56209890792464880702012-05-31T22:28:00.000+02:002013-04-01T23:28:11.331+02:00Ejercitarse (Del lat. exercitāre)<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Don Abel no había llegado tarde al trabajo ni una sola vez
en veinte años; pero aquella mañana, de no haber sido por un rayo de luz incidiéndole
con gradual insistencia, podría haber sido el primero.<br />
Al darse cuenta de que era
jueves y no domingo, saltó<span style="color: red;"> </span>del sueño a la
alfombra y seguidamente completó en un cuarto de hora lo que normalmente le
llevaba una, preparación del bocadillo para el almuerzo incluido. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Salió de casa segundos antes que su propia consciencia
y la recuperó súbitamente en el semáforo, al ver su autobús en la parada de
enfrente. Agitó su pañuelo blanco hacia<span style="color: red;"> </span>Mariano como
prisionero de guerra que implora vivir; aunque el conductor, al verle, tuvo que
esperar a que la luz cambiara de verde a ámbar y de ámbar a rojo para que Don
Abel se decidiera a cruzar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
“¡Don Abel, que el tiempo es oro!,” le recordó el
conductor al subir. “¡Sobretodo hoy, Mariano! -Dijo Don Abel, pasándose<span style="color: red;"> </span>un pañuelo por la frente con una mano, a la vez que
mostraba el Abono transportes en la otra- ¡Hace un día espléndido!” continuó diciendo
mientras se dirigía a trompicones hacia los asientos. La marcha del autobús recogía
la luz que, a su paso entre los árboles, iluminaba intermitente los rostros
de los pasajeros. “¡Como pega la primavera!” justificó Don Abel a su público en
voz alta al abrir la ventanilla superior para no tener que quitarse la
chaqueta. Al sentarse planchó con cuidado la solapa trasera para evitar
arrugarla y colocó la bolsa del almuerzo sobre sus piernas. Cuatro horas y
media de martirio<span style="color: red;"> </span>hasta que pudiera comérselo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
A falta del periódico que no había tenido tiempo de
comprar por primera vez en veinte años, se aventuró a observar la vida que
pasaba de largo al otro lado de la ventanilla. La luz de mayo le descubrió la
belleza de los árboles y se sintió orgulloso de vivir en su ciudad. Sin poder
evitarlo, envidió a un caballero felizmente sentado en uno de los
bancos del bulevar. “Es verdad, el tiempo es oro,” se repitió, y cayó en la
cuenta de que trabajar los días soleados debería de estar mejor pagado que
hacerlo en los días de lluvia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Don Abel llevaba 20 años vendiendo su tiempo a la
misma empresa a cambio de… ¿Cuánto oro tenía? Pues, teniendo en cuenta todo lo que había tenido que tragar, muy poco, la verdad... Había vendido su tiempo a precio de puta vieja... A cambio de no ver la luz del sol, había
acumulado cuatro duros en la cuenta, un coche que solo se permitía mover los
fines de semana y una serie de electrodomésticos que venían de fábrica con el
final de su vida programado (lo cual predecía que dentro de poco le
obligarían a invertir sus ahorros en reponerlos, a no ser que prescindiera de
ellos). No, deshacerse de ellos era una locura, aquellos aparatos le habían liberado tiempo de
trabajo en casa, y el tiempo es oro... esas horas libres se traducían en posibles
paseos por el parque, reuniones con amigos, planear el presente para provocar
un futuro mejor... Todas esas cosas que se podían hacer y ¡<span style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">que no había hecho! porque
había dedicado su tiempo libre a trabajar horas extra y a desconectar, agotado, frente
a la televisión (desde donde le vendían más y más electrodomésticos,</span><span style="color: red; line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">que le harían la vida más fácil) ¿La vida? ¿Pero qué
vida? ¡Claro que no! -cayó en la cuenta- ¡El tiempo no es oro! </span>¡E<span style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">l tiempo es
vida! Vida que si no se vive se va y no vuelve. Abel se aflojó la corbata y
pulsó el botón rojo de parada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Según se bajó del autobús se quitó la chaqueta, y
haciendo un ejercicio de libertad, se sentó en un banco a disfrutar de la luz
de mayo sobre su ciudad, de los distintos tonos verdes que provoca en las hojas
de los árboles, de comerse el bocadillo antes de tiempo y de permitirse llegar tarde al
trabajo por primera vez.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTNHxiX6OczP1fu5H1vWfnKOv2WJc8zX0kycwRcqQYrvgcW5UD0glalkqgNXr-2YqlkCr6yP8J_49mYwQQCwNibpVMleLTTM1XaCYPH91kp4LXrfIEVhyphenhyphenR-UHRBkn1JXVDd68LrJZVft4S/s1600/BAGON008.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTNHxiX6OczP1fu5H1vWfnKOv2WJc8zX0kycwRcqQYrvgcW5UD0glalkqgNXr-2YqlkCr6yP8J_49mYwQQCwNibpVMleLTTM1XaCYPH91kp4LXrfIEVhyphenhyphenR-UHRBkn1JXVDd68LrJZVft4S/s320/BAGON008.jpg" width="319" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-5583796146274341982012-05-01T01:01:00.000+02:002012-06-27T09:23:40.538+02:00Aún no sé porqué<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"><br /></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Lo peor
que pude hacer al verme salir de casa en aquel estado fue seguirme. Me considero una persona con la cabeza sobre los hombros, por lo que salir a la
calle habiendo cancelado mi presentación ante la Junta Directiva,
tarareando la canción del verano, sin haber echado el polvazo del siglo la noche
anterior, hizo que saltara mi señal de alarma.<o:p></o:p></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">Era lunes y llovía
con rabia. A los pocos pasos, mis zapatos ya se habían calado y sentía mis pies como vísceras dentro de tarros de laboratorio. Una ráfaga de viento accionó el casta</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">ñeteo de m</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">is dientes, así que
aligeré el paso para resguardarme lo antes posible. </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">No tenía la más mínima sospecha de dónde podía provenir aquel disparatado sentimiento de esperanza.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8yS8CRGmxDGSe-_0lW4libfRFjdB6e1s45teTADmD9AEm_WlmRoI9B7aVV3Bu4UlKWxBoFCWha3u2C0pIaVV1fNhyI02ustowu_peggomWMD6cTc5G-dIkolu8xGPCnkqU3XxJ69iyeB8/s1600/bandada16.jpg" imageanchor="1" style="line-height: 150%; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center; text-indent: 34.8pt;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8yS8CRGmxDGSe-_0lW4libfRFjdB6e1s45teTADmD9AEm_WlmRoI9B7aVV3Bu4UlKWxBoFCWha3u2C0pIaVV1fNhyI02ustowu_peggomWMD6cTc5G-dIkolu8xGPCnkqU3XxJ69iyeB8/s320/bandada16.jpg" width="318" /></a></div>
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">Mientras me dedicaba
a saltar como sapo, de charco en charco, conjeturé que la reputación que me había
ganado a pulso ya habría caído en picado. ¡Tanto esfuerzo para nada!, ¡Idiota! Necesitaba
un café. Ofrecí mi reino, o lo que a aquellas alturas quedara de él, por un
café.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">Una vez en la
estación, el calor de la cafetería me abrazó como un hogar, incompleto, respiré el
ambiente vacío de algo. Gina, en lugar de recibir </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">tras el mostrador, </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">entre destellos de acero inoxidable, aquel lunes lo hizo en la penumbra, sentada en una de las mesas de los
clientes, con un paño de cuadros en la mano derecha y la cabeza hundida sobre
ambos, trapo y mano. ¡Menuda guarrada!,</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;"> </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">esta mujer no entiende de higiene, </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">pensé</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">. “¿Estás bien, Gina?” le pregunté (bueno, la parte naíf
de mi lo hizo, esa que tararea cuando caen chuzos de punta, no yo). Por lo visto, la pavisosa
de Gina parecía no tener intención de preparar ningún café y eso me fastidió, a
mí (vamos, a la otra; a la parte eficiente de mí, digo). Pero Gina, esclafada como huevo crudo sobre
silla y mesa, gimoteó “Alguien ha entrado por la noche y al
encontrarse la caja sin dinero, ha roto la máquina del café. ¡Capullos!”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Si estuviera dentro de Gina, reflexioné, le hubiese atado la lengua; esos “capullos” sonaron en </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">su boca aún </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">más esperpénticos de lo que seguramente fueran. Aun así, yo (bueno, ella, me refiero a la otra yo, a la
más inocente y empática parte de mí) bien, pues esa, toda encantadora, pidió
un té ¡Aun sabiendo que lo detesto! ¡Y que me saca de quicio la improvisación! ¡Si
no hay café, no hay café. Punto. A Gina no se le iba a hundir el negocio porque
aquel día no nos tomáramos nada, joder!, me grité muy hacia adentro. No podía
ser que, de las dos, solo yo (me refiero a mí, a la única parte sensata
dentro de mí) fuera capaz de reconocer que, un día más, el mundo conspiraba
para amargarnos la existencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">A través de la
ventana vi llegar un tren al andén opuesto. “¡Mi tren!” me sorprendí
diciendo. ¿Cómo que mi tren? ¡Tu tren te esperaba en la presentación que has
cancelado y me temo que ya lo has perdido! Me aclaré. Pero al verme salir
corriendo como tras mi última oportunidad, me seguí una vez más, no
fuera a ser que me perdiera del todo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">¡Bien! Conseguí
sitio en la ventanilla, junto a la calefacción. ¡Mal! Se sentó un chaval con
cascos a mi lado. “Perdona ¿te importaría bajar un poquito la música?”
gesticulé tocándole el brazo. “Sí, me importaría”. Contestó con tanta asertividad, que no me quedó otra que aguantar el maldito viaje con una música que chirriaba como arañazos en una pizarra </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">¡con la
grima que siempre me han dado! Respiré profundamente y sonreí. Es de cajón que la
sonriente no era yo, sino la otra, a mí lo que me apetecía era morder. Mi frustración iba
creciendo por momentos. Mientras, la estúpida de mi otro yo permanecía
positiva por a saber qué. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Era la primera vez
que cogía aquel tren. Frente a mí, una mujer trajeada, buceando en su
portátil, me hizo recordar que para entonces ya habrían acordado frenar mi promoción. Era mi culpa, claro, solo una perdedora es capaz de ponerse la zancadilla de una manera tan estúpida.
Adiós a todo lo que soñé, y aún peor, adiós al respeto que yo
misma había conseguido tenerme a pesar de las meteduras de pata de la boba con la
que me había tocado cargar de por vida (esa estúpida con fe, la otra, la misma a la que
cada día aguantaba menos) ¡Sí, tú! La que tararea la puta canción del verano
como si en el mundo todo fuera sobre ruedas ¡No te hagas la tonta! lo más
probable es que </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">¡</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">nos hayas arruinado la vida! Deseé no haber hablado en voz alta y miré a la mujer de enfrente para comprobarlo; afortunadamente seguía sumergida en la hoja de cálculo. Sentí la cara a 50 grados y mi
corazón a 170 pulsaciones, pero debido a algún oscuro motivo, a pesar de estar
tan cabreada ¡mi otro yo no paró de mostrar satisfacción!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Al bajarme del tren, el viento descoyuntó el paraguas, no podía ser de otra manera, me deshice del revoltijo de antenas en la primera papelera que encontré. Andaba con tal determinación bajo la tromba de agua que me resultó difícil
seguirme. Por cada paso que ella daba, yo tenía que dar tres. Mi otro yo
caminaba con tal obstinación que le dejé guiarnos, al parecer tenía muy claro hacia
donde demonios nos dirigíamos. “¿Pero a dónde me llevas?”, grité. Sin hacerme caso salió del camino asfaltado y escaló por entre árboles, maleza, condones y latas. <o:p></o:p></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNgAXJ7Q0Ipn6vJHQMU-gvjWvfm5pUY0l6_a1QIDYP9GxPa03tiCsnLb790-Grube1XLBS-bVPMCNpFZ_72OOI-hTcOuAzIuUldY0sT9p8DyYvEfBiH8lLjESbN9Ry67nmx6wc9ppFmFmP/s1600/IMG_4714.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNgAXJ7Q0Ipn6vJHQMU-gvjWvfm5pUY0l6_a1QIDYP9GxPa03tiCsnLb790-Grube1XLBS-bVPMCNpFZ_72OOI-hTcOuAzIuUldY0sT9p8DyYvEfBiH8lLjESbN9Ry67nmx6wc9ppFmFmP/s320/IMG_4714.jpg" width="318" /></a></div>
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">Andar por andar, sin saber a donde me encaminaba, era un sinsentido, pero hacerlo bajo la lluvia,
calándome hasta las bragas y resbalando en el barro entre basura no merecía ni nombre. “¡Para ahora mismo, joder!” Paró (es decir, paré)
vamos, que paramos. “Vale; ahora escúchame, no sé qué te traes entre manos,
pero </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">¿</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">te importaría dejar de ser tan cafre?” Llenó de aire hasta nuestro último
bronquiolo y ¡comenzó a cantar la maldita canción!, ¡me ignoró! </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">¡</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">y </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">continuó la marcha</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">!</span><br />
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">Si hubiera podido, la habría estrangulado allí mismo. Pero
matarla significaba matarme, por lo que no era una opción “¡Eres odiosa, odio tu voz y te odio a ti, jamás te he aguantado, ignorante!” Paró, ahora sí; y con una horquilla forzó el candado oxidado que
cerraba la cubierta metálica sobre el pozo al que habíamos llegado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">Sin dejarme tomar aliento y a ritmo de la maldita canción que berreaba, e</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">mpezó a sacudir los
brazos a latigazos, </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">como poseída</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">. Con </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">cada aspaviento, n</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">oté como me resbalaba centímetro a centímetro de mi propio cuerpo</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">. “¡Para, animal!, grité, ¡Me vas a arrancar de mí!” Decididamente, se había vuelto loca. Empecé a luchar contra la inercia, pero todos estos a</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">ños en los que me</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;"> había
dedicado con esmero a acabar con sus debilidades, parecieron habérseme vuelto en contra. Lo que no
mata te hace más fuerte y la tonta, aún viva, se había fortalecido. Intenté
agarrarme al cerebro como solía, pero sin éxito, mis manos patinaron contra mi voluntad hasta llegar al corazón; me enganch</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">é a él</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;"> pero ya no funcionó, latía con tal rotundidad,
a un ritmo tan intenso, que en dos latidos más me desprendió por completo. Salí escurriéndome</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;"> </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">por debajo de las u</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">ñas</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">, ahora las suyas. Había conseguido despojarme de mi propio cuerpo, dejarme </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">desamparada, como pulga sin perro. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Lloré, bueno, lloramos, mi otra parte y yo, las dos lo hicimos. Acto seguido, me cogió como trapo
empapado que fuera a tender y me dejó caer dentro del pozo. “¿Pero por qué?”, aún me lo sigo preguntando. </span><br />
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;"> Nunca hasta ahora me había visto desde arriba, y me vi muy pequeña</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">, tocando fondo por primera vez. Pedí
su ayuda, nuestra ayuda; imploré su perdón, nuestro perdón. Silencio. Me miró durante un rato y juraría que fue compasión lo que sintió por mí y que, solo por eso, me tendió la mano. Igual s</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">obre aclarar que a</span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;"> mí aquel gesto me pareció insultante. No pude con él. “¿Tú quien te has creído? ¿En serio piensas que eres superior a mí?" Grité. </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">Ahora era ella la que puso cara de no entender nada. Y seguí, “¡No
me mires así, hipócrita, tú eres la perdedora, la que siempre la caga, no yo. ¡Tú
eres la inútil, que no se te olvide!”…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 34.8pt;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">No recuerdo qué más
dije. Lo que sí se me quedó grabado fue el cielo llorando a
mares sobre nosotras, </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">perfilando </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 150%; text-indent: 34.8pt;">con su luz el contorno del que había
sido mi cuerpo pero que ya no sentía, y el impacto metálico de la
puerta al cerrarse sobre mí, dejándolo todo oscuro.</span><br />
<o:p></o:p></div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-75638904447649738972012-02-28T23:52:00.001+01:002012-05-05T13:42:58.665+02:00Error de cálculo<br />
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Courier; font-size: 10pt;">Pablo nunca pensó en la trascendencia de determinar el tamaño de un deseo, por lo que, sin darle importancia, se enfrascó en proyectar un sue</span><span style="font-family: Courier; font-size: 13px;">ño</span><span style="font-family: Courier; font-size: 10pt;"> "a su medida". </span><br />
<span style="font-family: Courier; font-size: 10pt;"><br /></span><br />
<span style="font-family: Courier; font-size: 10pt;">Tanto se lo ajustó que, al cumplirse, en su nuevo
mundo no cupo nadie más que él, y apretado.</span><span style="font-family: Courier; font-size: 10pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Courier; font-size: 10pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinlBucQcwwd-rROsKxJr0iofBsGpiEIbTP4gbJ2BywLmgl8rYwxbqNgr_bR_BZx5MoLSxccV1YyMqhrQCUqvqUajq8C5Dy3dr9pC4zzLIT0UgG9YFgXSeIKPn0mZHfyxOu-D9DiJ7DIlAK/s1600/IMG_5214_edited+M%C3%B3nica.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinlBucQcwwd-rROsKxJr0iofBsGpiEIbTP4gbJ2BywLmgl8rYwxbqNgr_bR_BZx5MoLSxccV1YyMqhrQCUqvqUajq8C5Dy3dr9pC4zzLIT0UgG9YFgXSeIKPn0mZHfyxOu-D9DiJ7DIlAK/s320/IMG_5214_edited+M%C3%B3nica.JPG" width="318" /></a></div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com49tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-37494648947745093692012-02-01T12:30:00.000+01:002012-05-05T13:43:11.455+02:00Estar vivo... <span style="font-family: 'Courier New'; font-size: 11pt; line-height: 115%;">¿</span>Qué haría el amor ahora?<br />
Hazlo.<br />
<br />
Un abrazo enorme,<br />
Dios.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt4erytBlVgRV3HpOfjrhURTBK3hVYC1Xej5dUat3Zg0q8wKhnKHmezZ6kPE3bXDXvNIS0YKEml_Js5hCI0DQvvc0nKK7IxipYEoRhD_bTIhlZt4RIIXxGiYUEHfkbdmulhfOrFDhw_66-/s1600/bandada06.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt4erytBlVgRV3HpOfjrhURTBK3hVYC1Xej5dUat3Zg0q8wKhnKHmezZ6kPE3bXDXvNIS0YKEml_Js5hCI0DQvvc0nKK7IxipYEoRhD_bTIhlZt4RIIXxGiYUEHfkbdmulhfOrFDhw_66-/s320/bandada06.jpg" width="318" /></a></div>
<br />Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-27495925655551682342011-11-30T10:44:00.000+01:002012-05-05T13:43:23.946+02:00T...i...e...m...p...o<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Pasas arrollador. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Y yo siempre por detrás, enganchada a tu rastro. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"> <br /> - ¿qué prisa tienes? <br /> <br />Pero te escapas, te escurres con la luz dejándolo todo a medias; y otro día que te has ido. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Y otra noche que apareces y me extingues, y me observas dormir cuando no te siento. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"> <br /> - No te tengo suficiente. <br /> <br />Y te vas. </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Pero vuelves. </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Y me marcho, pero vuelvo. </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Siempre así.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"> <br /> - Yo te quiero aquí, siempre, infinito</span><br />
<div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"><br /></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOLao4NhcZczd0UMLE649dBhL6LvihcwGDxCObvbG1xTAtHpANHYwSvp7oL1EYVtcdPGWW5AnW5gMyC2UwoajzjNwt1PnFyyYjcijFUzRfMODtp0NQ1f23jDFWMHiVn_e1xMnx_wt-biwl/s1600/IMG_5727.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOLao4NhcZczd0UMLE649dBhL6LvihcwGDxCObvbG1xTAtHpANHYwSvp7oL1EYVtcdPGWW5AnW5gMyC2UwoajzjNwt1PnFyyYjcijFUzRfMODtp0NQ1f23jDFWMHiVn_e1xMnx_wt-biwl/s320/IMG_5727.JPG" width="318" /></a></div>
</div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com20tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-76547179286119248232011-10-31T08:14:00.017+01:002012-08-01T11:31:13.354+02:00Ana suele callar<div class="MsoNormal">
Ana entra en Facebook y encuentra que su amigo, MaraDona, le ha enviado el siguiente mensaje:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
-Últimamente estás muy revolucionaria, ¿Por qué realmente?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ana se queda clavada a la pantalla. -¿Cómo que estoy “muy revolucionaria”? Ana sospecha que la pregunta de MaraDona, aunque solo sea por el hecho de esconderse tras un nombre falso, de inocente seguro que tiene poco. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
-Llamarme “muy revolucionaria” por compartir cuatro fotos en Facebook suena a burla, ¡ya me gustaría a mí hacer algo para merecer el honor! Ana duda de si su amigo no estará intentando persuadirla para que deje de hacer hasta lo poquísimo que hace.<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6-PkH6tTB3nnmgiHoCPazEPcn4bO_0JAOWp7LZHEF5uaTgkmWjSTRQsNrAOLT7pjSeB8wpz2ip2uPHYiKduL_F0Jwt6OHniko9-R7TpIl9jlxL4KBkvorLCxoc45i1SlVh3yp6q2vNYa9/s1600/IMG_4573.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6-PkH6tTB3nnmgiHoCPazEPcn4bO_0JAOWp7LZHEF5uaTgkmWjSTRQsNrAOLT7pjSeB8wpz2ip2uPHYiKduL_F0Jwt6OHniko9-R7TpIl9jlxL4KBkvorLCxoc45i1SlVh3yp6q2vNYa9/s320/IMG_4573.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
Pedro, el verdadero, el que hay detrás de MaraDona, lleva ya un tiempo dándole vueltas a lo mismo. Ana se acuerda de que en la última borrachera comentó que -lo malo de las revoluciones es que al final, entre todos los que tienen buenas intenciones, siempre acaba saliendo un listo para quedarse con todo, empezando por el poder y terminando por el alma del pueblo. Y acabó llorando, orgulloso de que “España hubiera sido capaz de concederse una democracia”, -aún joven e imperfecta…, especificó, -…pero Democracia, Ana, ¿te imaginas? Dicho esto, Pedro fijó sus ojos rojísimos en los de Ana esperando contagiarla con su entusiasmo. Ella, inmune, respondió: - Sí claro, no paro de imaginármela, Pedro; pero su amigo estaba demasiado borracho y exaltado como para entenderla.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ana siente tanta ternura cada vez que ve a Pedro vulnerable que no quiso ser ella quien le diera la mala noticia de que a la “Democracia joven e imperfecta” a la que él se refería, muchos la llaman Dictadura económica, otros Cleptocracia. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ana empieza a escribir un mensaje respuesta a su amigo sin planear qué decir, ni en qué tono: <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
- Pedro, esta democracia, joven e imperfecta, (por utilizar tus eufemismos) no representa los deseos ni los sentimientos de la colectividad de ciudadanos del mundo sino que, más bien, explota a la mayoría.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Instintivamente lo borra. Para evitar alejar a Pedro es mejor no meterse con su democracia; Ana prefiere creer que ambos desean lo mismo, solo que miran a la luna desde distintos planetas. Y empieza de nuevo:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
- Pedro, amigo, a mí, como a ti, como a cualquiera, todo cambio me da miedo, de ahí que siga funcionando el refrán “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, y claro que tenemos que estar con los ojos bien abiertos ante los oportunistas. ¿“muy revolucionaria”? ¿en serio te parece que lo estoy mucho? ¿Estás intentando protegerme de los peligros que tú temes y que crees que yo no veo? ¿o intentas apaciguarme para que con mi actitud no contribuya a que resurja la temida dictadura? ¿Es eso lo que temes de verdad? ¿O temes perder otras cosas? Sé que me quieres, Pedro, y que quieres a los tuyos, pero vivir es arriesgarse, amigo. ¿Crees que no merece la pena correr el riesgo si en el intento pudiéramos evitar que dejaran de morir de hambre 27.000 niños al día?; si de esta manera consiguiéramos reformar la educación, encarrilándola hacia las verdaderas necesidades del ser humano, hacia la empatía y la colaboración, en lugar de incentivar la competitividad?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ana se permite llorar, necesita claridad emocional para desengancharse. Busca el comunicado que la Asamblea general de Nueva York que se manifestó en Wall Street, compartió desde la televisión americana con el resto mundo; se lo vuelve a leer y continúa:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
- … Amigo, ¿De verdad crees que no merecería la pena correr el riesgo que temes si, con ello, fuera posible que llegara a dominar la igualdad por encima de la opresión; si con ello las corporaciones tuvieran que pedir permiso antes de extraer las riquezas de los pueblos, y del planeta; si con ello se dejara de permitir que se intoxiquen los alimentos que comemos y que obligamos a comer a nuestros hijos; si se prohibiera vender nuestra privacidad; si se dejara de invertir dinero en armas de destrucción masiva y se desviara a proyectos de investigación, educación, sanidad… a proyectos que de verdad mejoraran la calidad de vida de esta y las futuras generaciones; si se persiguieran el trato cruel tanto a personas como a animales; si se terminara con el colonialismo y sus guerras injustas? Pedro, ¿De verdad crees que no merecería la pena correr ese riesgo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
¿Pero qué estoy haciendo? Se pregunta Ana al caer en un detalle que no había tenido en cuenta hasta ahora; está hablando de correr riesgos a su amigo Pedro, alto ejecutivo de una importante empresa de seguridad (!) Se siente tonta, y por segunda vez opta por borrar lo que ha escrito.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Consigue parar, replantearse la respuesta y volver a empezar:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
- Pedro, que no nos líen, lo que estamos viviendo no es una revolución, se trata de la evolución natural: lo que pareció funcionar en el pasado es evidente que ya no, y es nuestra responsabilidad ejercer nuestro derecho a unirnos y colaborar para encontrar soluciones; seguir afianzando nuestro poder, porque, como estás viendo, lo tenemos, amigo; estamos descubriendo que tenemos un poder inmenso, el poder del Amor! Y para empezar, sirviéndonos de él como guía, podríamos revisitar, consolidar y asegurar que se respete la declaración de los derechos humanos…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Esta vez, Ana pulsa el botón de cancelar por pudor y sin darle más vueltas, envía la siguiente respuesta:</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
- Pedro, amigo, últimamente tú no lo estás, ¿por qué... y para qué, realmente? <o:p></o:p></div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-59997797047950135812011-09-30T16:07:00.023+02:002013-06-07T10:42:45.423+02:00De vuelta a casa<div class="MsoNormal">
<br />
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: #222222;"><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Tan pronto como dejó de llover, bajé
las ventanillas para inundarnos con olor a tierra fértil y a
flores supervivientes; la esencia de la vida enganchándonos para continuar. Habíamos
permanecido callados durante horas, con la música a todo volumen amplificando el lenguage de la naturaleza, como
en un poema épico. “¡Ya estamos de vuelta! Hogar, dulce y… amargo hogar! Murmuró
John.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"><span style="color: #222222;">Cuando éramos peque</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; color: #222222;">ñ</span>os confiábamos en aquellas praderas, nos pasábamos
las tardes corriendo por ellas en todas las direcciones sin querer ir a
ninguna. Pero una vez que desarrollamos la musculatura<span style="color: #222222;">, nuestro horizonte
se expandió y ambos, mi hermano y yo, volamos para experimentar el mundo. ¿Sentiría
menos culpa si me hubiera quedado aquí, en casa, con mamá y papa, protegida bajo
su amor? </span><span lang="EN-GB" style="color: #222222;">No, seguro que no. </span><span style="color: #222222;">La muerte tiene la
habilidad de hacer sentir culpable a quienes siguen viviendo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"><span style="color: #222222;">Volver al <i>cottage</i> siempre fue regresar a la dulzura de los postres de mama, a
sus milenarios consejos, a las bolsitas de lavanda entre la ropa, al calor de
sus manos piel de harina. Pero aquella ma</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; color: #222222;">ñ</span>ana
papá nos recibió en mitad del jardín, como novio plantado en el altar, bajo una
docena de cuervos graznando<span style="color: #222222;">. Desde que la enterramos, mamá es ensordecedor espacio.<span style="font-size: x-small;"><o:p></o:p></span></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbBkfSOvmSygx19Vt7uUefQFF77rfhqgtTddKbx2bjIyDWrAH18dl45JFyRca3oLt3MULfx-vefbUetzFuO-gkzOGlJDoyPql71bgFLPJJG-POqFfHIGi0LdDByovOb08cPmBwPwqua4Q5/s1600/la+foto.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbBkfSOvmSygx19Vt7uUefQFF77rfhqgtTddKbx2bjIyDWrAH18dl45JFyRca3oLt3MULfx-vefbUetzFuO-gkzOGlJDoyPql71bgFLPJJG-POqFfHIGi0LdDByovOb08cPmBwPwqua4Q5/s320/la+foto.JPG" width="319" /></a></div>
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: x-small;"><span style="color: #222222;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 14.25pt;">Al entrar en la casa vacía, fríos agujeros continuaron creciendo dentro de mí. Uno nuevo al sentir la desolación de
las flores mustias en sus jarrones, otro al reconocer la inutilidad del bolso
de mamá en el perchero, el siguiente al leer “¡Mandar el regalo a Hannah!”</span><span style="color: #222222; font-family: 'Courier New', Courier, monospace; line-height: 14.25pt;"> con su letra viva bajo el imán. No llegó a mandármelo; otro buen propósito que se quedó en el camino. A pesar del esfuerzo
de cada detalle para no dejarla ir, la ausencia de mamá continuaba vaciándonos, inexorable.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: #222222;"><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Papá se pasó todo el día en
silencio, podando y limpiando el jardín. Cuando terminó, trajo un gran ramo de
flores recién cortadas, alguien tenía que hacerlo. Yo lavé los jarrones, y
justo cuando coloqué el último sobre la mesa del comedor, el sol brilló; también
nosotros lo hicimos, por primera vez.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: #222222;"><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">La cocina se convirtió aún más en
un lugar sagrado. Como papá no quiso que tocáramos nada, lo dejamos todo tal
cual, con las huellas de mama aún frescas tras su paso por la vida. Fuimos a
cenar al “<i>White Lion</i>”, nos sentíamos
tan débiles que fácilmente podría habernos comido él a nosotros.<o:p></o:p></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"><span style="color: #222222;">De regreso a casa, una vez que John
encendió la chimenea y yo terminé de servir el té, papá trajo el libro que mamá había dejado sobre su mesilla y lo continuamos leyendo en voz alta. Pasamos toda la noche alternando una ronda de té con cuatro de
alcohol; entre lágrimas, mocos, historias pasadas, una monta</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; color: #222222;">ñ</span>a de pañuelos arrugados y risas<span style="color: #222222;">.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F3F3F3; line-height: 14.25pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;"><span style="color: #222222;">Cuando perdemos a alguien una parte
de nosotros se va con ellos. En mi caso, mi madre se ha llevado con ella a la Hannah
que solía protegerse de los malos entre sus brazos. Nos pasa a todos, nos vamos con los que se van, convirtiéndonos cada vez en menos, aún llenos de ellos. La muerte va llenando nuestro cuerpo
de frías oquedades</span>. <span style="color: #222222;">Pero
continuamos, casi todos lo hacemos.</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; color: #222222;"> Como mamá solía decir, “La vida es una prueba de Resistencia.”</span></span><span style="color: #222222; font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-4816033547690028872011-08-30T20:45:00.020+02:002013-04-02T08:34:51.192+02:00Un cuento muy antiguo<div style="text-align: justify;">
Si no entrego un cuento mañana perderé mi trabajo. Soy de las pocas madres solteras que malviven publicando cuentos en una revista, y afortunadamente, porque la mayoría lo hacen desempeñando trabajos feos. Llevo varios días intentando, sin éxito, encontrar trama para mi próxima entrega. Tenía que haberlo enviado hace días pero no me he organizado bien, tener a Paula de vacaciones y malita no ha ayudado. Esta vez han sido inflexibles, acaban de encontrar a una joven dispuesta a publicar por la mitad de lo que yo cobro. “No tendrá un hijo, claro”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No he pegado ojo. He dejado la cama aún a oscuras, con el corazón y el cerebro a mil por hora. Me he acordado de cuando mi bisabuela se ataba un pañuelo blanco a la cabeza “para que no se le fuera”, que decía la pobre.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
He entornado la puerta del cuarto de Paula. Tenía la firme intención de escacharrar el reloj de pared que me regaló la sádica de mi tía y sentarme a escribir lo que fuera. Pero como vivo sola, soy supersticiosa y mi tía está muerta, al pasar por el reloj solo me he santiguado, para que no nos pase nada, nunca se sabe. “Qué rítmico”, he dicho bajito, para disimular, y me he sentado al ordenador.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me he levantado unas cien veces. “Venga Amalia, persevera”, he pensado, y unas cien veces me he vuelto a sentar. Pero de las musas, ni su silencio. Necesito exprimir el tiempo antes de que Paula se levante y reclame toda mi atención.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWaH19t8BIuIswGe-mKHy4QXCEdnkuh08CbsMZaZfhf8E9VsZwA1Vkb0GRR5zgYlFYfj0vQNQ39QFXepmn6vgiTjJsnbsr0R01io3ySow8ifZVluZtrzXPuFJbVS2AiL9sVT3SCkW-JExO/s1600/bandada+216.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWaH19t8BIuIswGe-mKHy4QXCEdnkuh08CbsMZaZfhf8E9VsZwA1Vkb0GRR5zgYlFYfj0vQNQ39QFXepmn6vgiTjJsnbsr0R01io3ySow8ifZVluZtrzXPuFJbVS2AiL9sVT3SCkW-JExO/s320/bandada+216.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Amalia siente el pulso de sus dedos sobre las teclas ASDFJKLÑ, bum bum, tic tac. Lista para lanzarse a escribir ante el menor síntoma de inspiración, pero esta no llega. Hoy, que la necesita más que nunca, no aparece, y Paula va a despertarse de un momento a otro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde que fue madre su tiempo no es suyo, siente que Paula se lo vampiriza, que la requiere incluso más horas de las que tiene el día. “Qué burra soy, ¡como si ella tuviera culpa!”, piensa. Mira a la pantalla. Inspira hondo, expira poco a poco, inspira, expira, bum bum, tic tac. “Persevera, Amalia”. Al contacto inesperado de una manita sobre la espalda, Amalia pega un grito y la niña, del susto, rompe a llorar. “Perdona, cariño, es que no te he oído… ven con mamá, ¿te preparo el bibe?”. Si hoy le dijera que no, si al menos hoy le dijera que no quiere desayunar la dejaría en ayunas gustosa… “T-e-n-g-o-q-u-e-s-c-r-i-b-i-r”, pero Paula asiente. “¡Joder!”, piensa. La lleva en brazos hasta la cocina, la sienta sobre la encimera, mete el biberón con leche en el microondas y busca la papilla. Sabe que todo sería mucho más fácil si ella no existiera, le sería mucho más sencillo salir a adelante sola, “pero que no me la quiten, por Dios”. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Le vienen a la cabeza las decisiones que ha ido tomando en la vida para llegar a la situación en la que está, y “la puta candidata”. Mira a Paula y vuelve a pensar que si no hubiera tenido a su niña ahora podría permitirse cobrar menos. El timbre la sobresalta. Abre la puerta del micro y al coger el biberón este abrasa, como siempre. “¡Joder, joder, joder!, ¡lo que faltaba!”. A Amalia le enternece ver a Paula expectante, tan seria, con los mocos colgando. La limpia y, mientras pone el biberón bajo el grifo del agua fría, empieza a hacer monerías para que sonría: “¡Es que mami está tonta, tonta y tonta!”. Al ver las payasadas de su mamá, a Paula se le descuelga el chupete de la risa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las carcajadas de Paula suenan a borbotones de agua fresca, y gracias a su claridad, Amalia despierta y consigue relativizar. Al hacerlo, las cosas vuelven a colocarse en su sitio. Amalia se ve de nuevo, y como por arte de magia, empieza a contarle a Paula un cuento, su nuevo cuento: “La mamá que quería ser mamá y no sabía”. El cuento que ella aprendió de su madre, el cuento de toda mujer, un cuento muy antiguo.</div>
Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com35tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-40501743169525018932011-07-26T23:03:00.013+02:002013-04-03T08:18:08.932+02:00No quiero decirte adiós<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Para muchos las palabras son como símbolos, pero para mi marido y para mí, siempre actuaron como pasadizos por los que penetrar en nuestro inconsciente. Esta modalidad de personas nos adentramos en nuestros Universos a través de ellas, por accidente, como Alicia cayó en el país de las maravillas. Pero en la vida real, a diferencia del cuento, hay quienes se quedan allí y no vuelven.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKQfaMYbah4PICZydsZrmW8TBARBUOET78KXjgzQ34dzcYmiK4U4OvX6cunImwBpBJAFgDu63PIDMEGz4RmNzA8hXid4aQxe69nlYq40aPrgwlFiDMIt4Wd-4ReKRtnr3r-AO7rq_7_gLU/s1600/bandada18.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKQfaMYbah4PICZydsZrmW8TBARBUOET78KXjgzQ34dzcYmiK4U4OvX6cunImwBpBJAFgDu63PIDMEGz4RmNzA8hXid4aQxe69nlYq40aPrgwlFiDMIt4Wd-4ReKRtnr3r-AO7rq_7_gLU/s320/bandada18.jpg" width="320" /></a></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Carlos y yo solíamos rescatarnos el uno al otro con cualquier excusa. Nos sacábamos de los libros a casa sirviendo comida caliente sobre la mesa, cantando alguna canción, dándonos un beso en el momento preciso... pero aquel día, por un descuido mío, Carlos no volvió. Se coló a través de alguna de las palabras de Huxley y no llegué a tiempo para recuperarlo. Me dejó su cuerpo vacío, cómodamente sentado en el sillón de orejas. Estábamos unidos de verdad, eso nunca nos dio miedo, por eso, al precipitarse, me descuajó de más de la mitad de la que yo era y se la llevó con él. Casi no me reconozco. Desde entonces, mis restos le escriben.</div>
Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-26878954598078008422011-05-15T00:31:00.004+02:002013-04-03T16:43:01.526+02:00Mimetismo<div style="text-align: justify;">
Luis recibe un empellón de aire rancio al entrar en la concurrida salita que da al jardín. Cierra la boca instintivamente para no tragar vejez, como si así evitase adelantar su deterioro. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hogar de ancianos “Los Trigales”. Pero a Luis más que a un hogar le recuerda a un hospital o una penitenciaría en mitad de Castilla la seca. Un lugar donde los cuerpos se consumen vaciándose de carne, dejando las pieles adheridas como bolsas arrugadas a los huesos. Donde el presente se arrastra sin prisa hacia el escaso futuro. Donde se oculta con vergüenza nuestro ofensivo final. Puta vida, piensa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luis, un repartidor de Interflora ramo en mano, sale al jardín y respira de nuevo la mañana del primer domingo de Mayo. Está buscando a su destinataria, Eugenia Durán Soler, “la dama marina”, que dice la tarjetita azul mar. Pero como siempre les ha ocurrido a todos le costará encontrarla.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los padres de la que convirtieron en Eugenia Durán Soler, sabiendo que muchos animales se mimetizan para pasar desapercibidos por sus enemigos, se esforzaron por educar a su hija en lo que ellos consideraron la ley básica de la supervivencia: el no llamar la atención. Eugenia Durán Soler fue entrenada en esta técnica con precisión. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Bajo repetitivos ejercicios de opresión, represión y vigilancia, Eugenia Durán Soler aprendió a controlar e ignorar sus emociones y pensamientos homogeneizándose así con los demás para no polemizar, no confrontar, no contrariar. Eugenia Durán Soler, siempre cambiante como cualquier otro organismo vivo, aprendió a hacerlo en función de los otros. Cantó las canciones de la radio; vistió a la moda; apoyó los deportes, actividades e ideologías de masa; gastó lo que ganó comprando casi todo lo que los envidiados obtuvieron regalado, y pensó lo que la mayoría, poco y mal. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Gracias a su virtuosismo críptico Eugenia Durán Soler sobrevivió. Pero sobrevivir no es lo mismo que vivir, en la supervivencia no hay entusiasmo. Solo extenuante esfuerzo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Era la tercera vez que Luis pasaba por delante de un arbusto florido y una exánime Eugenia Durán Soler sin verla. ¿No serán para mi?, dijo ella a su paso. Luis se volvió sobresaltado hacia donde la voz provenía y enfocando, trató de separar lo que eran flores naturales de flores de vestido hasta encontrarse con unos ojos ancianos; nonagenaria gelatina de lágrimas. ¿la dama marina?¿Eugenia? Sí, hijo, Durán Soler, servidora. Contradiciendo a aquellos ojos y por ello engrandeciéndola, la mujer recibió el ramo con una sonrisa entrañable e inofensiva por vacía de dientes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los años intentan enseñarnos a vivir en sintonía con lo que la vida nos trae, y como Eugenia Durán Soler es una experta sintonizando, en lugar de interpretar las flores como síntoma de ausencia las recibió como señal de salud y de vida. Si de verdad su hijo pensara que tenía un pie en la tumba habría gastado el dinero en gasolina para ir a verla y darle los que pudieran ser sus últimos mimos. De unos años acá el número de abrazos que recibía y su duración iban en aumento, más numerosos y largos cuanto más corto su futuro. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Antes de que Luis se fuera le pidió leer la tarjeta. Así hizo. Tardó tres segundos en completar en voz alta una frase típica. ¿Ya, hijo? Luis, condescendiente, añadió ¡vaya flores bonitas, esto es amor! Eugenia Durán Soler le sonrió y desapareció fundiéndose de nuevo entre más flores.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBII3fQyQSAH-tA5fCHQXL9Wt6-j0t-lwiNWcEEHgaNZX5fXt8FoBZM4cGj8oH7gnDPK36W9Gh71q75EptKjK64EAJB5xyXpasFlUYtIavkxPvxvPkUdVFnAOlnbcDX3a5Lo0eTD_6NGwB/s1600/bandada10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBII3fQyQSAH-tA5fCHQXL9Wt6-j0t-lwiNWcEEHgaNZX5fXt8FoBZM4cGj8oH7gnDPK36W9Gh71q75EptKjK64EAJB5xyXpasFlUYtIavkxPvxvPkUdVFnAOlnbcDX3a5Lo0eTD_6NGwB/s320/bandada10.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Aquella misma tarde, por tercera vez en el último mes, fue traída de vuelta a la residencia. La encontraron caminando en la N-430. Un conjunto de flores sobre el asfalto gris. Deshidratada dama marina al encuentro del mar.</div>
Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-76785753002253163602011-03-31T00:18:00.004+02:002012-05-05T13:45:42.737+02:00Líneas paralelas<div style="text-align: justify;">
Con la primavera la gravedad parecía habérsele desprendido del cuerpo junto al abrigo, descubriendo por fin, la tan deseada levedad de su ser. Pesaba tan poco que desde que llegó a la fiesta se sintió flotando, transportado como el polen hacia la flor entre sus amigos, por una brisa que, de pronto, frenó en seco. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al ver a Mía bailando, sudando ecuaciones y teoremas, Héctor cayó desde el cielo a plomo. Los 15 años en que no se habían visto parecían haberla cambiado poco más que de marca de vaqueros. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Héctor había tenido muchos profesores, pero solo ella se había ganado el título de Maestra. Si había conseguido cierta claridad mental fue gracias a la paciencia con la que Mía les enseñó a sumar manzanas con manzanas y peras con peras. Aún guardaba la TDK que les regaló a cada uno el último día de Instituto, en las que había grabado sus temas preferidos y de su mano, en las carátulas, una frase: Si el alumno no supera al maestro, ni es bueno el alumno ni es bueno el maestro. Era la despedida. Tan pronto como Mía le dio el cassette, Héctor le arrancó las dos pestañas de plástico para blindarla, sin ser consciente de que con este gesto hacía lo mismo con su corazón. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbuxsCt586AwFhvZ7ad9dseiG-lGCwC1wlPZWBatFPXUnh9H9LrLioqv7bUibSJURerAn-fayCIxQYBV3-V8Hsut5NJ5mXynkTKXArCHGWtaCaCCUGRAudhmhTHlR0nOa4em1zWLyemqdX/s1600/bandada+205.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbuxsCt586AwFhvZ7ad9dseiG-lGCwC1wlPZWBatFPXUnh9H9LrLioqv7bUibSJURerAn-fayCIxQYBV3-V8Hsut5NJ5mXynkTKXArCHGWtaCaCCUGRAudhmhTHlR0nOa4em1zWLyemqdX/s320/bandada+205.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
No daba crédito. Bailando frente a él tenía a la protagonista de sus diarios. Se acordó del famoso par de rectas paralelas que Mía dibujó sobre la pizarra verde esperanza oscura; y de cómo, mirándole a él, les aclaró que por mucho que se prolongaran nunca se encontrarían. Entonces, siendo adolescente y viniendo de Mía, la palabra nunca le provocó asfixia. Por la noche emborronó un cuaderno entero. Igual que aquel día, se imaginó aquellas dos rectas avanzando hacia el infinito, sin perderse ojo, guardando las distancias, siempre equidistantes, sin encontrarse, The Stones Roses, This is the one, Mía frente a él… y se volvió a asfixiar. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para cuando los ventrículos de Héctor dejaron de darse cabezazos contra el pecho, Mía ya se había bajado del mundo. Estaba afuera, tumbada sobre el césped, mirando las estrellas con esa sonrisa de qué bonita es la vida y qué poco me quejo que el alcohol le provocaba. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Según Héctor se iba acercando, el ritmo cardíaco se le volvió a desbocar. Pero como aún mantenía en plena forma su intrepidez, se pudo tumbar junto a ella casi con naturalidad, y cogiendo carrerilla se lanzó ¿Cuántas hay? Mía, concentrada en localizar Cassiopea, ni se inmutó. Un número perfecto, respondió sin mirarle. Después de oír por primera vez su voz, Héctor ya no pudo frenar : Más de 496, eso se ve, así que serán unas 8128. Porque además de estar cerca del máximo número de estrellas visibles desde la tierra, el siguiente número perfecto es el 33.550.336 y de ser así parecerían unas 10 perfectas plagas de langostas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aquella pedantería la hizo caer como estrella fugaz, describiendo un arco perfecto de la Vía Láctea a los ojos de… Héctor! Al reconocerlo pronunció su nombre como chupinazo en los San Fermines y con aquel abrazo borraron los años en los que no se habían visto. Eres un hombre! Dijo como quien descubriera el fuego y por primera vez sintiera el poder de su calor. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Reconocerse les costó dos párrafos, con media docena de recuerdos reavivaron el cariño y encajar algún que otro chiste les bastó para aflojar y sentirse amigos. Suficiente para que Héctor retomara la conversación donde la suspendieron ¿Y ahora que soy un hombre, vamos a seguir siendo dos líneas paralelas? Eso espero, podría ser casi tu madre, recibió a cambio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los intestinos de Héctor se anudaron con rabia adolescente. ¿Cómo una mujer tan lista podía llegar a parecer tan tonta? 15 años después volvía a poner la misma excusa. Si permanecieron "en paralelo" fue por su miedo compulsivo a saltarse una estúpida norma. En cualquiera de los casos, continuó, tú me enseñaste que para que dos líneas sean paralelas es necesario que permanezcan siempre en un mismo plano no a tomar por culo. Ambos lo dejaron estar. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Añadieron dos párrafos más a sus pasados, volvieron a recordar y a reír. Mía le intentó convencer de la fuerza que requiere aceptar paralelas en nuestras vidas. Le habló de su determinación por aprender a no intersectar. De cómo cuanto más aprendiera a respetar su libertad menos toleraría la intersección, y por lo tanto, menos intersectaría… Y mientras contaba que dentro de ella habían un montón de paralelas y que a menudo tenía que intervenir para que no se perdieran el respeto unas a otras, localizaron Cassiopea. Lo cual Héctor celebró con un beso para por fin callarla, bajo su luz. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mía, no es que no respete tu monólogo, al contrario. Pero mi cuerpo también me está hablando de geometría; Me está pidiendo a gritos que me intersecte contigo, esta noche, en mi casa ¿Qué le digo? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora que todos somos adultos y siendo ellos personajes de un relato situado en una fiesta, en un chalet a las afueras de una gran ciudad, en una primavera del siglo XXI; se nos hace evidente que el que Mía sea mayor que él no se sostiene como razón por la que negarse; no nos extrañaría que este mismo motivo provocara el efecto contrario.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aún así Mía se negó, esta vez el argumento cargaba con el peso de otros miedos: Las rectas que se intersectan en un punto llegan de planos distintos y antes o después están abocadas a desencontrarse, al contrario que las rectas paralelas, que como bien has dicho, permanecen siempre en un mismo plano. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A Héctor aquello no le sonó del todo a negativa, sino todo lo contrario. Mía, yo no he dicho que fuéramos rectas, sino líneas, líneas flexibles, mucho más resistentes que las tozudas, empecinadas, tercas y recalcitrantes rectas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si el alumno no supera al maestro, ni es bueno el alumno ni es bueno el maestro. Lo que Héctor le acababa de decir tenía mucho peso, todo el que parecía haberle quitado a ella. Gracias a la, por fin, recobrada levedad de su ser, a la primavera y a su admiración por aquel hombre quien años atrás ya fue un chico admirable, accedió: Llévame a tu casa.</div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-85346020697485611262011-02-27T23:05:00.006+01:002012-05-05T13:45:56.914+02:00Éxito<div style="text-align: justify;">
Mi marido me dijo una vez que se puede poner a prueba el éxito de una vida enfrentándolo al fracaso, y continuó:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para saber si estás haciendo lo correcto con tu vida, imagínate al final de tus días habiendo vivido concentrando todos tus esfuerzos en conseguir lo que ahora deseas. Ten en cuenta todo lo que te estás perdiendo en el camino. Ahora, imagina que mueres sin conseguir lo que te has propuesto, que fracasas en aquello por lo que estás dando la vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si al evocar la situación que te propongo eres capaz de sentir ese fracaso y, aún así, estar satisfecha con el trayecto; si crees que no te confundiste y te dices que si volvieras a nacer volverías a intentarlo con la misma o incluso con mayor concentración; entonces continúa, estás en tu vida; mantente fiel a tu objetivo y a ti porque estás haciendo lo correcto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si por el contrario, no puedes soportar el imaginarte en el momento de tu muerte habiendo fracasado en conseguir aquello por lo que ahora estás luchando; si esa imagen te hace sentir haber malgastado tu vida, entonces es que ese sueño no es el tuyo. Tampoco esa es tu vida. Lo que haces te está alejando de ti. !Para! porque no estás haciendo lo correcto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Yo sabía que imaginarme lo que, con su habitual generosidad, me estaba proponiendo me salvaría en momentos de flaqueza. Era importante entenderlo. Lo veía hablando tan entregado, que me esforcé en aparentar hacer lo que me pedía, para que viera que estaba dando a sus palabras la importancia que merecían.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No fui capaz. Lo intenté, de verdad que lo intenté, con todas mis fuerzas, pero no pude. Porque desde el momento en el que me pidió que me imaginara al morir, me fue imposible evocar mayor deseo o éxito que su abrazo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsenI897znrDRpPBeFOIuF6wbYxmEAY8YwexXO1k69AaCu4yurDq23gmWjDCWKtkHSzBCg6zzm1xWBPBNtDpuhsiQGxA0ao34GY1tJo8Cly79ByVC9-H2zPWS13j22MMZ4TxlRsMIEmB0P/s1600/bandada09.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsenI897znrDRpPBeFOIuF6wbYxmEAY8YwexXO1k69AaCu4yurDq23gmWjDCWKtkHSzBCg6zzm1xWBPBNtDpuhsiQGxA0ao34GY1tJo8Cly79ByVC9-H2zPWS13j22MMZ4TxlRsMIEmB0P/s320/bandada09.jpg" width="320" /></a></div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-6293725073867927862011-01-27T12:27:00.006+01:002012-05-05T13:46:14.412+02:00Interferencias<div style="text-align: justify;">
Hugo ha sido testigo de cómo la luz ha ido conquistando, río a río, el mapa de la pared junto a su cama. Aún no ha conseguido pegar ojo, así que le ha dado tiempo a planear un recorrido a caballo por Sudamérica de Norte a Sur; otro de Los Ángeles a Nueva York en moto; ha calculado cuanto se tardaría en llegar de rodillas a Santiago de Compostela saliendo de Estambul; y ahora, con el cuerpo dolorido, anda preguntándose si, de alguna manera, se puede llegar a percibir cuándo alguien está pensando en ti. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En días como hoy, en los que uno no da pie con bola, siempre es conveniente pensar que la culpa es de otros; y de ahí que Hugo haya concluido que tal vez sea porque alguien está pensando en él más de la cuenta; tanto que le tiene completamente distraído con sus interferencias. Podría ser Roma, su ex. Desde hace horas, sus caderas no han hecho más que contonearse de Este a Oeste por su cerebro y ya no sabe qué inventarse para arrancársela del corazón. Hace océanos que no sabe de ella y esta noche tantos kilómetros de sal escuecen.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si Roma fuera como él, ocuparía más tiempo pensando en personas que físicamente no están en su vida que en las que lo están. Las personas que ocupan tu día a día no dejan tantas incógnitas ni vacíos por rellenar. Sus padres, su hermano, su jefe, sus colegas, existen independientemente de él. Son y están presentes, se manifiestan reales. Sin embargo, su abuela, sin ir más lejos, desde que murió ha necesitado de sus pensamientos para existir; tanto ella como Roma, dependen de que Hugo les haga un hueco en su mente donde hacerse reales y poderse abrazar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hugo escribe en un post it: “¿Existen las personas? ¿Qué es ser real? ¿Vive mi abuela aunque creamos lo contrario?” y lo pega en la pared, sobre el océano Índico, entre Madagascar y Australia, separado de Roma por todo un continente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hugo se ha quedado retenido en Italia, paseando por su Roma imaginaria, detenido en el tiempo, como dicen que ocurre cuando encuentras al amor de tu vida; pensándola tanto que le ha dado tiempo a reinventarla varias veces. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Especialmente en días como hoy, en los que no tiene verdaderos problemas, activado por el ocio, es cuando Hugo se inventa la relación que no tienen; en la que ella se comporta como a él siempre le hubiera gustado, cuando las cosas salen bien sin esfuerzo, cuando se aman sin miedos; porque Roma existe mejor donde Hugo la piensa, en el mismo lugar donde su abuela también es una chica preciosa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Duda de si se está volviendo paranoico o si verdaderamente Roma estará pensando en él, y si así no fuera, ¿Notará que él sí? ¿Cómo podría saberlo sin ponerse en evidencia? A Hugo le desespera que Roma tenga el poder de andar removiendo los recuerdos sin su permiso, accionando dentro de él, cada vez que a ella le plazca, unos abrazos que le hieren como mandíbulas de tiburón, porque hoy la quiere a muerte. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEy6l5FOIsK1WSZpOhOGkWaZ_8Ona4bbrtaI9FYa0CbfcIGlrdykKd36NKVyanpKiQQn_bt9RxvpuY2qj19tT-L_pNSkVMHO7cCRVH5PniEKtO3-42lF1rGj84QNwxfOdlncIlCFlUldxl/s1600/IMG_5152.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEy6l5FOIsK1WSZpOhOGkWaZ_8Ona4bbrtaI9FYa0CbfcIGlrdykKd36NKVyanpKiQQn_bt9RxvpuY2qj19tT-L_pNSkVMHO7cCRVH5PniEKtO3-42lF1rGj84QNwxfOdlncIlCFlUldxl/s320/IMG_5152.JPG" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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Hugo se agarra la cabeza, y en voz muy baja, aunque con la misma energía que Jackson Pollock en un arrebato, suplica: “¡¡Roma, por Dios, para ya de pensarme, suéltame, déjame existir donde mi cuerpo, o me vas a volver loco!!Roma, en su cama, se va desprendiendo de su último sueño y aún con los ojos cerrados, comienza a ser consciente de que su vida tira poco a poco de ella; pero va a tener que esperar porque hoy está aferrada al edredón con la misma vehemencia con la que años atrás a los brazos de Hugo; escapar no va a ser fácil. Hugo… ¿Se acordará aún de ella?</div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-50226136091158725242010-12-29T19:46:00.004+01:002012-05-05T13:46:31.553+02:0031 de Diciembre<div style="text-align: justify;">
Cuando un escritor no escribe se evapora. Su cuerpo puede seguir técnicamente vivo durante años, pero su alegría se va acortando, reduciendo, abreviando hasta que se esfuma del todo y desaparece. Del soñador que fue solo quedará, con suerte, un cuerpo voluntarioso cumpliendo con los deberes cotidianos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esto es lo que piensa Ernesto, agradecido de estar solo, sin histrionismos, mientras mira hipnotizado los millones de personas que se han reunido en la puerta del Sol de Madrid para recibir el año nuevo. En breve, el año que termina, con millones de proyectos incumplidos, pasará a ser un recuerdo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOt_DA_4wQQFQLZ74hHSwLsJxxLhDmZHCKQAkbvLA7TGCIlnYFpTr2LYDBO37wxcZmCb43tUCrRVCIlNaGU-kgBJCNW982UvAAcAlp0ABeqbqGkKRWnboZD4PgHHTheeLjD1CHTjrsWQj9/s1600/IMG_5156.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOt_DA_4wQQFQLZ74hHSwLsJxxLhDmZHCKQAkbvLA7TGCIlnYFpTr2LYDBO37wxcZmCb43tUCrRVCIlNaGU-kgBJCNW982UvAAcAlp0ABeqbqGkKRWnboZD4PgHHTheeLjD1CHTjrsWQj9/s320/IMG_5156.JPG" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Ernesto lleva más tiempo del que puede soportar sin escribir, desenfocado, escondido tras los quehaceres diarios. Tirando de la anilla de una de esas latas con doce uvas peladas que saben a máquina, jugando a que el nuevo año tuviera más poder que su propia voluntad, Ernesto le implora volver a ser capaz de sentarse frente a su ordenador y soltarse a escribir.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ernesto es indiscutiblemente un escritor y sabe que si no escribe se acabará. Suenan los cuartos.</div>
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<br /></div>
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Ernesto perdió la razón el día que descubrió, pudoroso, su talento. Desde entonces, siente felicidad cada vez que las ideas le empapan; goteándole de una en una del cerebro al corazón, del corazón a los dedos, de los dedos al papel, latido a latido, letra a letra. Campanada. Uva. Campanada. Uva.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde entonces no vive más aventura (ni menos) que la de caer prendado de una idea. La de perseguirla sin asustarla. Acercarse con delicadeza e intentar entender un poco más su verdad. Enamorarla y hacerla suya hasta volcarse juntos sobre la página. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy, amputado, sin ideas, vive solo, con un lote de impacientes páginas limpias; pero mira hacia adelante tragando otra uva, y otra, y otra.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Escribir siempre ha significado para él viajar, esculpir, pintar, fotografiar, componer, sembrar, filosofar... Campanada y, por inercia, uva. Aunque no se mueva de su silla, no sepa esculpir, ni pintar, ni fotografiar, ni componer, jamás haya plantado semilla alguna, ni sus ideas rompan cabezas. Campanada. Uva.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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De Ernesto el escritor ya queda poco. Uva. Piensa que si sigue así pronto habrá muerto de asfixia por bloqueo. Campanada.</div>
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<br /></div>
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A Ernesto siempre le ha gustado ganar, como a cualquiera. Pero mejor que la mayoría, sabe que para ganar hay que estar dispuesto, como mínimo, a jugar. Campanada. Campanada.</div>
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<br /></div>
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Para escribir se escribe, lo que sea, no se tiene que esperar al momento perfecto. Lleva semanas esperando sin éxito que la inspiración haga el trabajo por él. Libremente se comprometió con la escritura, e igual de libre desea cumplir su palabra. Escribir más que estar relacionado con la suerte es una acción. Deja las malditas uvas sobre la mesa. Odia las uvas. Campanada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Dan las 12. Cuando se trata de propósitos no hay tiempo que perder. Ernesto camina hacia su estudio como quien va a saltar por un acantilado. Tentado de darse la vuelta y tumbarse en el sofá a ver cualquier mierda que pongan en la tele; enciende el ordenador, aunque ni se encuentra de humor ni tiene nada que escribir; Se da cuenta de que, de un tiempo a esta parte, genera autocríticas de la misma calidad que los programas que estaría dispuesto a embutirse. </div>
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<br /></div>
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Aburrido de su larga lucha contra el Ernesto perdedor, agotado de tirar hacia el lado opuesto, consigue dar un último tirón y sentarse. Aferrándose al indicio de determinación de su Ernesto heroico, teclea:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando un escritor no escribe se evapora. Su cuerpo puede seguir técnicamente vivo durante años, pero su alegría se va acortando, reduciendo, abreviando hasta que se esfuma del todo y desaparece. Del soñador que fue solo quedará, con suerte, un cuerpo voluntarioso cumpliendo con los deberes cotidianos. </div>
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<br /></div>
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Esto es lo que piensa Lucía, agradecida de estar sola, sin histrionismos, mientras mira hipnotizada los millones de personas que se han reunido en la puerta del Sol de Madrid para recibir el año nuevo. En breve el año que termina, con millones de proyectos incumplidos (y cumplidos), pasará a ser un recuerdo…</div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-71085080399528239882010-11-22T21:36:00.006+01:002012-05-05T13:46:44.119+02:00El hombre del escenario<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Desde el primer instante en que aquel hombre nos miró con sus penetrantes ojos oscuros, me dejé llorar entre los brazos de la butaca, de principio a fin.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdIfzlJt_Lnk5yGueGP1SeHl4G9EpQaXCCo6kEYO9ilms3_wfB1VGFC9zcm6a3eUn9nsba-ajiF6PVQWE-oQv8cUwtEYf69EjYBIUFVE8O61KZs6pV8aJ8Of45PDgPCLKCHE_efIgFQ8Y2/s1600/bandada14.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdIfzlJt_Lnk5yGueGP1SeHl4G9EpQaXCCo6kEYO9ilms3_wfB1VGFC9zcm6a3eUn9nsba-ajiF6PVQWE-oQv8cUwtEYf69EjYBIUFVE8O61KZs6pV8aJ8Of45PDgPCLKCHE_efIgFQ8Y2/s320/bandada14.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
El hombre del escenario comenzó a hablar igual que hablamos con nuestro amigo del alma sobre un café o una caña, ¡pero sobre un escenario!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su voz, su mirada y sus gestos nos llegaban sin filtrar desde un corazón luminoso. Se comportaba como uno más de entre las palabras que nos regalaba. No estaba allí para ser aplaudido, sino como currante portador de una historia y canal de las musas. Abierto, sin obstrucciones, dejándose atravesar con humildad por la luz de la inspiración y la eléctrica genialidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Parecía ser un instrumento tan bien afinado, tan primorosamente puesto a punto, que no había nada en sus gestos o en su voz que distrajera de lo que contaba; ni cuando alguna vez torció la boca desafinó, porque lo hizo a su manera, en una pícara y alegre tilde hacia el cielo, sin amargura, como los verdaderos genios. Al sonreír el alma se le escapó y se nos coló de un salto llenándonos con su alegría. Me sentí tan agradecida de estar viva que le hubiese plantado un besazo a la de al lado; y a la vez tan fuerte que dentro de mí la violencia perdió su poquísima razón de existir. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nos transportó desde un escenario desnudo hasta lugares inexistentes a los que acababa de llegar segundos antes, donde nos recibía campechano hasta con el más mínimo detalle. Viéndole mirar hacia arriba, tan pronto nos abría un cielo por el que pasaban las nubes con urgencia, como nos salpicaba con una fiesta de estrellas. Y al mirarnos a los ojos, lo hizo como quienes nos aman no pueden evitar; con tanta curiosidad que recobramos nuestro valor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se dejaba estar en cada uno de sus silencios con tal apertura, que varias veces caí a través de su oquedad, descubriendo por primera vez en la mía un espacio sin paredes ni fondo, que por instantes me sobrecogió al llegar a sentirme conteniendo los planetas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Parecía como si su vida interna borrara los confines de su cuerpo dejando su contenido expuesto a nosotros, sin continente, tanta era su generosidad y su entrega. Se volvió tan transparente como pocos héroes se atreven. Desapareciendo al desprenderse de reglas y deberías, de academicismos y teorías, dejándose ser y estar, fluir y jugar. Comprendimos un poco mejor los sueños, la locura, la libertad y a los niños.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A través del arte; en este caso del amor, de la verdad, del respeto y de la fe del hombre del escenario, recordé lo importante que es ser auténtico en la vida. Reconocí que ser verdadero es tan importante como difícil, pero que aún tiene mucho más mérito llegar a ser verdadero y bonito, como él. Supe que eso era exactamente lo que quería, y que al salir de aquel teatro ya no me conformaría con menos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por eso, para empezar, me dejé llorar pacientemente alegrías y miserias, de norte a sur, de dentro a fuera, de principio a fin, hasta gastarme; para elegir con cuidado con qué volver a llenarme.</div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-32171121610862181992010-10-18T20:01:00.004+02:002012-05-05T13:48:02.353+02:00Recobrarse<div style="text-align: justify;">
30 años lleva la vida viviéndole a Diego en lugar de al contrario, y lo que es peor, él aún no se ha enterado. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.13am – Igual que en un video clip, Diego llega corriendo al andén a ritmo de iPod e impulsa su cuerpo tren adentro; Puntual e inconsciente hacia más de lo mismo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.14am - Satisfecho por cogerlo a tiempo y de sentarse en ventanilla, repara en el anuncio del “porque yo lo valgo” que deja en la estación. Piensa en el pastizal que le han debido de pagar a la actriz; meterle al pelo un chute de amoniaco y decir abiertamente que es “porque se lo merece” es de terapia. Diego disfruta igualmente de lo buena que está de platino y piensa que hoy se ha levantado filosófico.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.16am - Mira el reloj. La tercera satisfacción es que le quedan 47 minutos de libertad con los Pink Floyd hasta que el tren le escupa a su oficina. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.19 am – La cuarta y seguramente última alegría de hoy, (penúltima, porque se acaba de acordar de que hoy es Viernes) es que la segunda rubia del día se le acaba de sentar al lado y lo que su minifalda no calienta también. Parece que la vida le sonríe, la rubia está claro que no. Él se corta y disimula mirando al libro en el que la chica se sumerge; de paso le roba unas cuantas líneas, lo único legal que se le ocurre hacerle.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.22am – “le gusta sentirse en movimiento, dejar atrás todo lo que se va cruzando en su camino, ser libre y móvil, sin frenarse nunca”. La frase que acaba de piratear despierta a un Diego al que siempre le gustó "sentirse en movimiento".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.25am – Supone que el personaje del libro no puede referirse a este monótono traqueteo de tren de cercanías al que lleva subido años, del que aún no se ha bajado no sabe por qué, y que le ha mantenido hipnóticamente arrullado. Cae en la cuenta de que lo único que ha ido “dejando atrás” en todo este tiempo son las estaciones que se sabe de memoria y sus cumpleaños; que aún no ha necesitado echar el freno porque lleva años sin pisar el acelerador, avanzando por inercia; y en cuanto a lo de “ser libre”… suena el track 3 de La cara oculta de la luna y como prefiere no pensar sube el volumen.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.27 am - Mira a la ventanilla y sobre el negro ve reflejada por primera vez la cara oculta del muy capullo de Diego, quien aún no le había dicho que lleva más tiempo del razonable subido en el tren equivocado. Así que más Pink Floyd.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.29am – Ha permitido con indolencia que la vida se le volviera reducida y estática; Se le desvió al ceder las riendas a la comodidad, y comenzó a amurallar con ladrillos cocidos por otros su cerebro, un espacio abierto diseñado para bosquejar incalculables versiones de ilimitadas ideas; Los Pink Floyd gritan.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.31am - Lo que no se ha vivido se ha perdido. Diego ya es consciente de que hace tiempo que perdió el control. Ahora tiene tres salidas: negarlo con argumentos analgésicos, deprimirse o recuperarlo. Diego ha podido ser un inconsciente, pero como no es ni tonto ni vago ni un llorón, opta por lo tercero. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.33am –Lo que había creído hasta ahora ya no le sirve. El hecho de que todo lo que pensaba haber conseguido se le tambalee le pone de nuevo la vida en sus manos, ahora sólo depende de él encarrilarla y para esto necesita un nuevo plan.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.34 am – El tren se para. Los Pink Floyd se callan. La quietud y el silencio le parecen a Diego una analogía. Dicen que cuando el alumno está preparado el maestro aparece. Para empezar parar y callar. </div>
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL0JOW5uqLUZOdDQqF7tzd0tUVuT2sn6ccywdBns54JAVmSPOIK5jSI0wXxzmN7JPXW3N-2c3W0WiN8xHuM9at68vi8UnMyWfJZu3Ymf7XkJI771VahOrybVbp8ZIKVlKDwsGS-4h2au4i/s1600/bandada21.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; display: inline !important; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL0JOW5uqLUZOdDQqF7tzd0tUVuT2sn6ccywdBns54JAVmSPOIK5jSI0wXxzmN7JPXW3N-2c3W0WiN8xHuM9at68vi8UnMyWfJZu3Ymf7XkJI771VahOrybVbp8ZIKVlKDwsGS-4h2au4i/s320/bandada21.jpg" width="320" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
6.35am – Diego da gracias a la rubia y salta del tren. Envía un mensaje a la oficina “Necesito parar para recobrarme. Vuelvo el Lunes”.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
6.44am –Diego tiene por delante 72 horas de mucho trabajo si quiere coger el tren el Lunes teniendo muy claro por qué se monta en él y a dónde va. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
6.45am – Se quita el reloj, desconecta el móvil, apaga el iPod y empieza por guardar silencio “Porque él lo vale”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Por primera vez en muchos años, Diego se siente libre.Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-32494929126186777222010-09-18T14:20:00.004+02:002012-05-05T13:49:55.635+02:00Desconcierto<div style="text-align: justify;">
La última vez que Pedro y Zoe se vieron, fue la noche en la que su amor reventó lanzándolos despedidos hacia planetas contrarios. </div>
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<br /></div>
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Hoy, tras remendar con tiempo sus palpitantes despojos, algunos días son más felices que muchos, y otros cuantos casi nada. Entre otras penas, en los días de bajón aún se preguntan ¿cómo con lo grande que su amor “pudo haber sido” no supieron “hacerlo ser”?</div>
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<br /></div>
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Pero esta noche Dios está aburrido. Así que, acercando los distantes mundos en los que los ex-amantes han sobrevivido, cubriendo a la pareja por el mismo cielo estrellado, cruzándolos en la misma ciudad, caminando por la misma calle y bajo la luz de una misma farola; esta noche Dios va a jugar con ellos al desconcierto. </div>
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Pedro y Zoe se saludan conmocionados al reconocerse después de una década. En tres frases y en honor a la suerte, deciden buscar un bar donde refrescar con cervezas sus risas nerviosas.</div>
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Están sentados compartiendo mesa; se ven, se oyen, se huelen. Esto no es un sueño aunque no deje de serlo. Atropelladamente felices saltan de preguntas a respuestas, mientras sus feromonas lo hacen de uno a otro como pulgas desenfrenadas. Descompasados con la música del local, los latidos que oxigenan su pasión golpean cada vez con más fuerza los portones q la contienen.</div>
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<br /></div>
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Para la cuarta caña ya se han dicho todo. Es curiosa la capacidad de síntesis que tiene el ser humano cuando le interesa ir al grano. “¿Te vienes a mi vida?” le pregunta Pedro.</div>
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<br /></div>
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Esto perturba hasta al mismísimo Dios; Zoe está segura de haberle dicho que lleva casada varios años. ¿Pretende Pedro que llame a su marido diciéndole: “cariño, acabo de reencontrarme con el pasado y me acaban de pedir que me mude a otra vida, ¿te importa si acepto mientras tú te quedas tan contento en la nuestra y seguimos siendo amigos?”. Pues a juzgar por su mirada, sí, Pedro lo pretende.</div>
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<br /></div>
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Con el inoportuno “Entre dos aguas” de Paco de Lucía y manteniendo la sonrisa, Zoe toma aire y se levanta a pedir dos cervezas más; también es curiosa la capacidad que tiene el ser humano para crear suspense… Y para salirse por la tangente.</div>
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Al llegar con dos copas frías en la mano, como si no hubiese oído nada, Zoe le pregunta cómo es ser él, en qué consiste ser Pedro. Pedro es rápido eligiendo las palabras perfectas para cada una de sus espontáneamente elaboradas respuestas, como también lo es para hacerse el olvidadizo. Zoe, ríe sin parar, a carcajadas, lo cual reaviva en su cuerpo lo que “pudo haber sido”, y como veneno por sus venas corre lo que “podría ser”; El desconcierto la despierta, y toma conciencia de que o sale corriendo ya!!, a toda velocidad!!, o caerá en barrena hacia la vida de Pedro sin querer evitarlo. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA2NWSGE7-P6_gyEU_9HYUGtJWGvhslI584sFaK1PubTdWFPHo9VEZWO0oXO4fkggKiOh8Ls0ntjBG6P0vEse9XkjHinsKnIFEXau47YM_WN95zxAxivvVCrwXAmlhwNFYYqLqHwpdSFmN/s1600/bandada+206.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA2NWSGE7-P6_gyEU_9HYUGtJWGvhslI584sFaK1PubTdWFPHo9VEZWO0oXO4fkggKiOh8Ls0ntjBG6P0vEse9XkjHinsKnIFEXau47YM_WN95zxAxivvVCrwXAmlhwNFYYqLqHwpdSFmN/s320/bandada+206.jpg" width="320" /></a></div>
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Hasta el último glóbulo blanco de Zoe tiembla de vuelta a casa tras el combate. Sus feromonas berrean agarrándosela al cuello. Sus células se sienten traicionadas y quieren salírsele del cuerpo. Sus pulmones le niegan el oxígeno con tal de que pare y se de media vuelta. </div>
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<br /></div>
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Pero Zoe es la responsable entre tanto caprichoso, ella es la que tiene que velar por la seguridad de todos en su cuerpo!!. La decisión está tomada; para bien o para mal hay que aceptarlo. Zoe no permite a ninguno elucubrar con el qué hubiera pasado si Pedro hubiese insistido a Zoe como de verdad se insiste a la mujer que uno ama; Tampoco Zoe va a pensar en ello por la sencilla razón de que Pedro no ha insistido. </div>
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De nuevo no han sabido "hacerlo ser". Esta noche, hasta Dios está desconcertado, y bajo su mirada, Zoe camina vulnerable, deseosa de llegar a su hogar, con ganas de abrazarse fuertemente a lo único que “verdaderamente es” y recuperar-se.</div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-71450071503355654912010-09-03T16:13:00.006+02:002012-05-05T13:50:09.840+02:00Desde UK con amor<div style="text-align: justify;">
- Que no, Juan…</div>
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Tras volar miles de kilómetros, la verborrea de Teresa se colaba por el iPhone de Juan hasta el fondo de su corazón. Él la dejaba trastear como Pedro por su casa, orgulloso de seguir siendo su amigo.</div>
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<br /></div>
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- … no nos equivoquemos, que no fue Madrid. Fueron el “Spain is different”, la profesión a la que mal amaba, la gente a la que dejaba opinar sin cuestionar, el amor roto, fui YO la responsable por encima de todo y de todos. Ese YO dentro de quien mal vivía; Yo, obcecadamente fuera de sitio, a la deriva, sin brújula ni salvavidas. No fue Madrid, Juan…</div>
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<br /></div>
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Pero cuando Teresa dejó caer “amor roto” como de pasada, como sólo se habla de lo irreparable, Juan se quedó enganchado. No pudo evitar imaginarse volando hacia ella para intentar pegar los añicos y continuar caminando junto a su Teresa; aquella mujer que seguía siendo incapaz de callar cuando estaba nerviosa. Juan sintió un inmenso cariño al volverla a oír, tan cerca.</div>
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<br /></div>
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- … desde el extranjero entendí el significado de "madre patria". No porque echara de menos España, Juan, aunque la echaba de menos; sino porque este país, sin ser mi madre-patria natural, se comprometió libremente a enseñarme a pescar; y me arropó cada noche con un alto y sólido techo sin pasarme la factura. El viajar aquí me hizo una persona entera. Preparada para solucionar con elegancia.</div>
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Tanto a Juan como a Teresa, les gustaba mucho más la Teresa de ahora que la de antes; por lo tanto, sabían que ninguno de los dos volaría hacia el otro para reparar nada. Era mejor que sus disfuncionales pedazos de amor reposaran por los siglos de los siglos en algún vertedero madrileño; que tanto Teresa como Juan los siguieran mencionando de pasada, y que aprendieran a sentirse cómodos queriéndose de esta nueva manera.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKL2J0ZcicLNKc7ku11VFfL-_rA5br9GUsPyV5g7RZmBq5HbT1Gx4jcv5cBq6_rwulNQxXIiAkEMMVZgY5NletUYMHftuFR1CqrAuGgG6gzETv6YnttBbdj6heaHQuFPnCnLtFuh4VxjF_/s1600/bandada08.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKL2J0ZcicLNKc7ku11VFfL-_rA5br9GUsPyV5g7RZmBq5HbT1Gx4jcv5cBq6_rwulNQxXIiAkEMMVZgY5NletUYMHftuFR1CqrAuGgG6gzETv6YnttBbdj6heaHQuFPnCnLtFuh4VxjF_/s320/bandada08.jpg" width="320" /></a></div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-80223918755487118442010-06-27T02:08:00.003+02:002012-05-05T13:50:24.210+02:00Tu decisión<div style="text-align: justify;">
Hija mía, la otra tarde me preguntaste con inquietante interés cómo fue que me animé a tenerte; que por qué la mayoría de la gente decide tener hijos. Esperabas una revelación que te ayudara a resolver si ser madre o no; Creíste que yo te daría una respuesta tranquilizadora a la que, como hija y a tus años, te considerabas con derecho. Pero enmudecí. </div>
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<br /></div>
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No habrías tomado en serio a nadie que te hubiese respondido sin dudar. Asique, con la benevolencia de quien ha aprendido a aceptar las limitaciones humanas, descolgaste tu angustiada mirada de mi silencio para descansarla en tu taza. Abrazaste la loza entre tus manos buscando calor, y abismada en sus profundidades, dejaste caer un "¡qué difícil!" con la solidez de un terrón de azúcar que, como madre, me costó digerir.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoxNc8uBIBRRQHKdwZ7JNihJnJ8ZkAjtlk9QphmDQNvmY8eZRUjbfgMcjFan5IygcMbtgnjP4Nre3WS8KMZ6EKP1c18zgzVCWKilJwf5cr_vsEVX_O_7PMRc93haWXKahKbJYbineGtsji/s1600/bandada01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoxNc8uBIBRRQHKdwZ7JNihJnJ8ZkAjtlk9QphmDQNvmY8eZRUjbfgMcjFan5IygcMbtgnjP4Nre3WS8KMZ6EKP1c18zgzVCWKilJwf5cr_vsEVX_O_7PMRc93haWXKahKbJYbineGtsji/s320/bandada01.jpg" width="320" /></a></div>
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Quien quiera que en aquella cafetería, en aquel instante, nos mirara; debió de quedar atrapado contigo y conmigo, entre tus manos; todos expectantes; atentos a lo que aquel café estaba por confesarnos. Pero, como yo, decepcionó con su silencio hasta quedarse frío. Días después, pude contarte cómo tus padres decidimos concebirte tras haberlo postergado década tras década. Cómo durante todo ese tiempo, imploré que mi instinto maternal se manifestara, que mi corazón dejara de latir a comatoso tictac; cómo ya no nos quedaban años ni ganas para seguir dialogando sobre el tema, y cómo en lugar de locura biológica desarrollamos un racional argumento tan válido como pocos: «que el arrepentimiento es un sentimiento muy feo». Te conté que, tanto a tu padre como a mí, la posibilidad de no poder rectificar nos pareció un riesgo duro de asumir, y que para mitigarlo entramos a formar parte del grupo de los padres que tienen hijos por precaución. Te hice saber que, aterrados, pero enormemente felices, como siempre debiera de ser una vez que se toma una decisión; te engendramos. </div>
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<br /></div>
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Para poder responder a tu segunda pregunta, a esa de porqué la mayoría de la gente decide tener hijos, bastó con mirar alrededor para darme cuenta de que hay tantas razones para traer niños al mundo como padres que se reproducen.</div>
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<br /></div>
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Conocemos a pasionales que concibieron por accidente, en un “aquí te pillo, aquí te mato”, por instinto animal; a algunos románticos que lo hicieron por volcar en alguien más su recíproco amor, por descubrir la magia de la naturaleza, al encuentro del “amor incondicional”; otros más flojos porque ya les tocaba, porque así es la vida, y ¿por qué no?; los religiosos por cumplir con el deseo de Dios, por asegurar la supervivencia de la creación; los exagerados porque no comprenden una familia de “tan sólo” dos; los curiosos por saber qué se siente; aquellos conservadores para suceder su patrimonio, por perpetuar su apellido; los más sociables para combatir la soledad, por no desentonar con sus amigos; los irreflexivos, con tal de escapar del silencio ni se lo pensaron; muchos folclóricos porque "se les pasaba el arroz", porque "la sangre es más espesa que el agua", porque "una mujer sin hijos es como un árbol sin frutos"; los desesperados por ver si así salvaban sus agonizantes parejas o esperando hambrientos la llegada del pan bajo un bracito. También se decidieron los vengativos, los generosos, los que guardaban luto, los darwinianos, los envidiosos... Fui consciente de que estos ojos han visto tantos motivos como padres virtuosos y pecadores. </div>
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<br /></div>
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Estoy tranquila. Como cada vez que no ves algo claro, me consta que te informarás, que leerás, que preguntarás a aquellos cuya opinión respetas, y abrirás bien tus oídos a lo que te devuelvan; que lo agradecerás y que, por suerte, lo dudarás todo; que lo dormirás, lo masticarás y madurarás.</div>
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Satisfecha con tu trabajo, te abrazarás como la otra tarde a tu taza de café; pero ahora más sabia y confiada, permitirás que su franco aroma a hogar te cave muy dentro; Con cada expiración, tú lo secundarás, vaciándote a paladas de aquello ajeno e irrelevante. Hasta que juntos, desenterrareis el tesoro que guardabas: tu decisión, la tuya, sólo válida para tí por ser tú. Y con tu admirable arrojo, te beberás hasta la última gota.</div>
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Confía en ti como yo, hija, eres inteligente; no me cabe la menor duda de que decidas tener hijos o no, sabrás seguir sintiéndote tan feliz y tan mujer.</div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-51259651528984208152010-05-16T23:41:00.003+02:002012-05-05T13:36:58.422+02:00Mujer Pez<div style="text-align: justify;">
Marido y mujer trabajaron en equipo como juraron ante Dios. Así fue como consiguieron que la alegre soltera maldijera sus madrugadas; esposada a la izquierda de un completo desconocido, nula y aterrada.</div>
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En progresión geométrica, la cólera parecía ser el sentimiento que con mayor fluidez despertaba en su "compañero".</div>
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<br /></div>
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Aquel impredecible huracán, aquel tornado de pelo en pecho, la devastaba en cada una de sus vertiginosas trombas; con la inmerecida contundencia de quien plagia frases de otros; arrojándole proverbios catequizantes a golpe de puño en mesa.</div>
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Durante los abruptos enfados de su marido, la mujer retorcía su encenagado cerebro implorando que escurriese una revelación cristalina; aquella que apaciguara el mudo y frustrante bramido de lo que se le revelaba como inexplicable. Esfuerzo inútil. Se odiaba; sobretodo, por permitirle que sus gélidos soplidos continuaran extinguiendo hasta la última chispa de su brillo. Entonces le pedía perdón, confusa; sin llegar a comprender qué irreparable error había cometido para arrancarle, una vez más, aquel ventarrón de ira.</div>
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Para sobrevivir a aquel Mistral, frío, seco y violento; la mujer decidió cerrar las ventanas, las contraventanas y las puertas de su corazón y mente; las aseguró con candados y lanzó las llaves al mar.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFEVrjS02KCkkvKckINqierXb5M6LfivB2KYGSQcnakyQFYUs-HPgi_KjjUW5icBa5btrQOsQN0HUUfWzFxuBeWOXq927Yw-D6ETFMCQtD4-v4STR814KOgGpsc18L14DHnleuurXe6Gyz/s1600/IMG_5153_Llaves.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFEVrjS02KCkkvKckINqierXb5M6LfivB2KYGSQcnakyQFYUs-HPgi_KjjUW5icBa5btrQOsQN0HUUfWzFxuBeWOXq927Yw-D6ETFMCQtD4-v4STR814KOgGpsc18L14DHnleuurXe6Gyz/s320/IMG_5153_Llaves.jpg" width="320" /></a></div>
Desde entonces, vivió muda; como los peces.</div>
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Porque protegió los rescoldos de su alma a cal y canto, ya no discutían. Su marido, armado de paciencia por primera vez, la ayudó a entender que él, como gran hombre que era, se merecía mucho más que el desecho que se le arrastraba a su sombra; que aquella boquita de pez abriendo y cerrándose, implorándole agua, no estaba a su altura; y la dejó como, según él, se merecía: a secas.</div>
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Yerma, mujer pez en una árida estepa, gimiendo ahogado aire caliente. Deseando que pronto blanquearan sobre el infecundo suelo las clavadas espinas q la apuntalaban. Sola, en el desierto de los desiertos, en la “La Hamada”... la amada?</div>
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<br /></div>
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Igual por la lucidez que le dispensó el destello de comedia, y por el empuje de la vida y de los vientos alisios, y por su insólita tranquilidad, y por el hijo que, afortunadamente, aún no había tenido, y por … pudo seguir hacia adelante, hacia la hora siguiente y la otra; sedienta y rota; pero en paz.</div>
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<br /></div>
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Cuanto más avanzaba más moría, cuanto más moría más comprendía; y cuanto más comprendía, más se perdonaba y más se gustaba. Por fin acabaría su vida como siempre deseó, rodeada de amor; entre sus propios brazos. Así fue como conoció la fortaleza, el empuje y la vitalidad de quien se siente una mujer amada; y se juró que, si salía de esta, viviría feliz sola; a no ser que alguien la ofreciera todo, y que ese todo fuera mucho más de lo que ella era capaz de soñar.</div>
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<br /></div>
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Y para aquellos que no crean en la magia, el relato termina aquí, pues únicamente para los que tienen fe, los milagros se suceden. </div>
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<br /></div>
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Sólo cuando la mujer se atrevió a imaginarlo, cuando creyó que se lo merecía, cuando estuvo preparada para recibirlo, y no antes, la vida la colmó con un oasis; cuyas aguas cobraron sentido al conocer su sed.</div>
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<br /></div>
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Abrumada por su transparencia, se derramó a cierra ojos en el manantial bendito; recogida entre sus firmes brazos, sumergiéndose en su pecho, convirtiéndose en su núcleo; libando hasta la última gota del paraíso que se vertía desde su fresca sonrisa a ella; dejándose colorear de felicidad con trazos grandes, emborronándola, saliéndosele del contorno; se zambulló en su profunda mirada azul mar abierto, se abismó en su alma oceánica; buceó sus pensamientos, admirándolos, adorándolos; y de entre sus virtudes... rescató unas herrumbrosas llaves.</div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2742129111109496784.post-55887323214409537622010-04-19T17:27:00.003+02:002012-05-05T13:35:13.679+02:00Química y mucho más<div style="text-align: justify;">
Para convertirse en una buena persona es necesario mucho más que química.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De mi abuelo paterno decían que el hombre, en vida, era un completo HCl (Cloruro d Hidrógeno). Un gas denso y reactivo a menudo liberado por volcanes. Aquellos que lo rodearon, admiraron y temieron, aprendieron que para tratar con Don HCl era necesario usar guantes, gafas protectoras y mascarilla. Su esposa, mi abuela paterna, por el contrario, era como el agua del río, transparente y pizpireta. Sólo a su lado, mi abuelo reducía notablemente su potencial de hidrógeno.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Del fruto de la pareja, nació mi padre, HCl hijo, definido desde bebé como un calco de mi abuelo. Desde entonces, no sólo para no perder su significado, sino para engrandecerlo, mi padre se esforzó en llegar a ser un absoluto Ácido Clorhídrico, irritante y corrosivo; hombre incapaz de amar. Mi madre, a su lado, se convirtió, según mi padre, en una “sosa”… pero cáustica, (NaOH) Hidróxido de sodio, pasivo-agresivo, puro; Una mujer sin sonrisa, con el potencial de causar daños graves y permanentes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Siendo mi madre casi una niña, entre insultos y llantos, fui engendrada. La joven lo consideró un castigo merecido, por débil, por sucia, por no haber sido capaz de aguantar virgen hasta el matrimonio; creencia que mi padre supo jugar bien para no casarse. Así fue como aquel inconsciente utilizó su soltería como la carta con la que pudo trampearla, durante el resto de su vida, sin sentirse culpable.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante mi gestación, se barajaron mis distintos futuros nombres: Dinamita, Nitroglicerina, Pentrita, Fulminato d Plata, Nitrocelulosa y Cloratita. Los pocos valientes cercanos a la familia y, especialmente mi madre, pensaban que de aquella ponzoñosa unión nada bueno podría nacer. Todos temblaban ante el alumbramiento del bebé bomba, yo, quien con semejante cadena perpetua de ADN, bien podría dar fin a la existencia humana en la tierra.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi padre, como siempre que se le necesitaba, desapareció tan pronto como mi madre rompió aguas; asique fuimos solas, mi madre y yo, a darme a luz. Nadie más. Tras seis traumáticas horas de erupción, me encontré desnuda frente a quien me dio la vida. Entre excrementos, sangre, sudor y lágrimas, como pude, miré a aquella mujer sintiéndome ya sucia, ya culpable hacia sus brazos.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvUIKNVKu1Bmc5EjLpgL-Wu3-SmhTTYQ29M3aqo6OLxvJyr18G9AGAf0CoyFZN6R9TScJ4nwCyfRvgZ9Ji8Db_Eskv1NrL-28TUoHdk0ZXWBAjPafB8XEA0LAHGki5FK1T5eCOdk7pVFvX/s1600/mo1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvUIKNVKu1Bmc5EjLpgL-Wu3-SmhTTYQ29M3aqo6OLxvJyr18G9AGAf0CoyFZN6R9TScJ4nwCyfRvgZ9Ji8Db_Eskv1NrL-28TUoHdk0ZXWBAjPafB8XEA0LAHGki5FK1T5eCOdk7pVFvX/s320/mo1.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Al verme, mi madre destapó una sonrisa que nos estremeció al universo y a mí; Desde lo más alto de su amor, con profundo respeto y rebosante de orgullo, le anunció al mundo: “Mar,… así se llama mi bebé… Inocente, transparente y bendita agua salada”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por química, y mucho más, se me concedió la oportunidad de convertirme en una buena persona.<span style="font-weight: bold;"><span style="font-weight: bold;"></span></span></div>Bandada de Palabrashttp://www.blogger.com/profile/05057016550780561779noreply@blogger.com6